Por primera vez y frente a un jurado popular en Mendoza, el israelí habló y se señaló como víctima de un complot. Gilad Pereg está acusado de matar y enterrar a su mamá y a su tía en el fondo de su casa de la localidad mendocina de Guaymallén.
El israelí Gilad Pereg, conocido popularmente como el “hombre gato”, acusado de matar a su madre y a su tía en enero de 2019 en Mendoza, declaró ayer por primera vez en el juicio y hoy se conocerá el veredicto.
En la penúltima jornada del juicio que enfrenta, el acusado de 40 años, dijo que él no mató a nadie y que su mamá está secuestrada y le habla “todas las noches”. “No maté a nadie. Me culpan porque vivo de forma rara, yo no vivo como en el mundo de ustedes. Jamás le pude hacer algo a mi madre, es toda mi vida. Es mentira que están muertas y que las encontraron en el terreno mío. No sé dónde están. Yo jamás vi un cuerpo. La Policía y la Fiscalía plantaron los cuerpos”, dijo Pereg ante el jurado popular.
Y agregó: “Cuando me detuvieron justo encontraron supuestamente los cuerpos. En los allanamientos no encontraron nada. Han secuestrado a mi madre y a mi tía. Mi madre me ve todas las noches y me habla. Me dice que está secuestrada y pide que vaya a salvarla”.
Gil Pereg llegó al debate acusado por el delito de “homicidio agravado por el vínculo” por la relación con su mamá y de “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego” en lo referido a su tía.
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La defensa del islraelí adelantó que, en caso de ser declarado inimputable y que tenga que someterse a un tratamiento, solicitarán que sea “trasladado a un hospital neuropsiquiátrico en Israel”. Lautaro Brachetta, uno de los abogados del acusado explicó que el jurado popular “tendrá dos opciones: por un lado una condena en un establecimiento penitenciario, y por el otro un encierro en un establecimiento neuropsiquiátrico”.
“Como defensores, no podemos pedir la libertad porque, como dijeron los peritos, es peligroso para para terceros como para si mismo, por lo tanto nuestro alegatos y nuestra intención es que él sea asistido con tratamiento adecuado en un establecimiento neuropsiquiátrico”, adelantó.
El psicólogo Diego Quindimil analizó el caso, en primera instancia, como una posible psicosis, que es “una alteración mental donde la persona que la padece tiene una alteración en la percepción de la realidad y hay una pérdida/contacto con la realidad”. “Cuando perdemos la percepción de la realidad podemos pueden aparecer alucinaciones o delirios que se representa por determinados estímulos que no viene de la realidad, como por ejemplo, las voces”, sostuvo en diálogo con serajusticia.net.
“En este caso particular pareciera que el joven israelí sufre un delirio de metarmorfosis donde él cree haber sido transformado en un animal. A partir de determinadas herramientas que se puede utilizar en la psiquiatría uno puede realizar un diagnóstico. Leyendo su caso con todo lo que se supo nos hace pensar que no está en sus cabales, en caso de que así sea no tiene cura, lo que sí se puede hacer es medicarlo y hacer que esos delirios ‘bajen’ o desaparezca pero no quiere decir que no siga teniendo dificultades a la hora de percibir la realidad”, explicó.